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12 dic 2017

Thoell Mantogris, primera parte de la Batalla de la Costa de Aer

Ya habían caído tres barcos menores de los elfos y habían tenido que abandonar uno.

El barco de bombarda último en la formación se sacudió bruscamente a lo lejos. Tal cómo estaba planeado en su mente, Thoell estaba apunto de bajar la mano con su seña de disparo, dispararía a la parte inferior del galeón aliado, y la maniobra les costaría un barco importante pero podrían regresar, salvar a la tripulación y seguir bombardeando contra...

Pero se equivocó... el dragón negro no atacó el casco desde las profundidades cómo hizo con los otros si no que emergió de la popa de la nave lanzando un chillido espeluznante y ensordecedor, esos segundos se hicieron eternos.

A través de la distancia, de hombres, mástiles y velas, Thoell pudo ver al dragón abrir su terrorífica boca y lanzar su aliento cómo niebla que deshizo madera, tela y carne por igual... Al mismo instante el cuerpo entero de Thoell sintió un oleaje, la fuerza misma del dragón al salir del agua había provocado una ola que sacudió el galeón de Thoell, su bombarda que apuntaba hacia el casco aliado ahora apuntaba su mira hacia el medio del barco... a través de elfos y humanos agonizantes... Y al dragón...

No hubo duda, sólo la certeza más grande del mundo en ese instante en el que bajó su mano y gritó a todo pulmón "¡Ahora!". Sus artilleros no cuestionaron o no entendieron lo que intentaba hacer, y la bombarda rugió. En un espectáculo de astillas, sangre y fuego, el golpe atravesó todo encima de la nave; marineros, arqueros, mástiles; y dio de lleno al cráneo del dragón... En inimaginable resplandor de destrucción, la gran cabeza del dragonizo se vio rota y deformada en ángulos quebrados y cayó dando un golpe seco en la llameante popa. El fuego siguió, perdiendo cualquier visión de algo o alguien encima del galeón...

Una sonrisa de furia y perversa satisfacción apareció en su rostro, "El dragonizo cayó... La temible amenaza del cuál el estúpido avatar de destrucción y muerte nos advirtió vendría... No será el único, pero es el primero en caer ante mi...... Ante nosotros..."

Thoell parpadeó varias veces y observó a Sarah, horrorizada... Ella le reclamó cómo podía él hacer algo así a sus hombres...

"Esos hombres estaban ya muertos, agonizantes y destrozados" respondió Thoell furioso con lo que el dragón lo había forzado a hacer, y vio a Sarah a la perfección en la noche iluminada por una luna que iluminaba cómo el día mismo, vio cada detalle en ella, su expresión al verlo a los ojos... "Mira! Mira los barcos delante nuestro, ellos están vivos gracias a nosotros! Lo que ves atrás es lo que pudo haber sido de ellos y de ti, si dejábamos a ese monstruo con vida..."

Entonces Thoell escuchó lo mismo que todos en la flota... En la costa tomada del enemigo, muchas alas se levantaban al cielo, muchos cientos de rugidos, ¿miles? Pero nadie vio todo cómo Thoell... A pesar de la luna llena, no debería haber sido tan nítido, nunca había visto en la obscuridad con tal claridad... pero no fue lo importante para él, a lo lejos vio tantas criaturas y bestias aladas del ejército enemigo que no existía posibilidad de hacer otra cosa más que retirarse, vio a una figura encapuchada liderar esa carga.

Le informó todo lo que vio a Sarah... pero la joven comodoro ya no parecía estar al control de la situación cómo antes la viera y, ante sus ojos, se veía pequeña y frágil, indecisa... Thoell fue el primero en dar la orden de retirada y fue a Popa para seguir viendo al ejército enemigo en las costas, se imaginó que reirían y vitorearían ante su escapada de los alados enemigos... Rabia se centró en su interior de tal forma que destrozó la madera del barandal entre sus manos... "No... No sería así... Yo reiré.. el sacrificio de tantos no será en vano..." Thoell rugió órdenes de bombardeo constante a las fuerzas enemigas hasta estar fuera de rango... "Qué los malditos tengan pánico de nosotros hasta que nuestras naves se pierdan de su vista... que ver nuestras velas sea señal de terror más grande que el látigo que los azota a avanzar..."

Thoell dio órdenes de fijar rumbo a la desembocadura del río Boca de Oso, ahí esperaría su siguiente turno, dejaría a los heridos a manos de las sanadoras y volvería al mar, ahora era el turno de Aer, él tendría que soportar esta carga en la costa que Thoell insistió debería ser renombrada en honor de su amigo, "Costa de Aer tiene mucho sentido, tanto si esta táctica suicida nos sale bien cómo si mueres en el lugar" había bromeado Thoell entonces.

Thoell se marchó a su habitación en el galeón... Se manejó con agilidad en la oscuridad, las luces se mantuvieron apagadas en los barcos... Thoell sintió un cambio o varios en sí mismo... Su mover era ligero cómo nunca lo había sentido antes, en sus manos sentía un poder desconocido... sus ojos veían ahora en la obscuridad de una forma extraña y peculiar, pudiendo distinguir detalles cómo si fuera de día...

"Asesiné a un agente del mal... y la naturaleza me ha recompensado."- dijo por lo bajo solo en su habitación.



Nota: Historia escrita a partir de hechos ocurridos en sesión de rol.

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